martes, 12 de mayo de 2009

Poesía

Me faltas a la madrugada
cuando los huesos tiemblan,
cuando te levantas /y no te encuentro/
cuando tu voz sabe que mi nombre ha muerto.

Me faltas en la tarde
cansada de abandonarme,
te sientas a observarme
hasta entrada la tarde.

En la noche sólo queda
el aroma de tu cuerpo.


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