Me estan matando, la sangre se coagula, la mano se entumce, el poema sale extraño; me están asesinando: por partes, con método: el verdugo es el trabajo. Quien preside es famila del hereje.
Errantes herejes, mercaderes; patricias falsas con falasas joyas. Siniestras damas dadoras de miseria, aunque en sus faldas la guita espera. Espera que un buen día se revienta el cántaro de brea (aún pende sobre sus cabezas).
Poderosos los hombres sin límites de abusos, represiones y engaños, que miran a los ojos sin vergüenza, mienten a plena conciencia, enriquecen sus manos hambrientas.
Poderosas las mujeres sin escrúpulos divas diplomáticas y cínicas, que observan sus teatros sin tragedia, aun cuando ellas son parte de la escena, títeres de otras tantas marionetas.
Sin embargo, es menester del tiempo /que sucumban los imperios/.